El destino
Alguien con este sesgo sólo puede ver el destino como el producto de la interacción de las decisiones de personas y de elementos de naturaleza casual. Ese cúmulo de ocurrencias imposibles que te llevan a esa situación no es más que la materialización de una vector aleatorio. Y si nos parece que era imposible que aquello pasase es que desconocíamos algún detalle. Uno puede maldecir el destino hoy, porque la tirada del dado le haya sido esquiva. Pero esa variable, la que rige el proceso que genera lo que aparece, la define uno mismo mediante sus acciones.
La ley de los grandes números nos invita a la valentía. Si hacemos lo que tenemos que hacer, la mala suerte es evanescente. Así que tengo la impresión de que habría que decidirse de una buena vez. Sí, es exactamente eso que estás pensando: me parece que ha llegado el momento de saltar, de cambiar el destino. Tú eres la causa de tu buena suerte. Y con esto comienzo la respuesta a la pregunta que te lleva rondando últimamente.
1 Comments:
Hola perr@s-blogger@s.
Esto de los blogs me parece una chorrada. Con este mensaje, a falta de
que sea censurado, pretendo reducir el nivel cultural de los contenidos
del blog de Sergio.
Una vez, me monté un blog, pero me faltaron ideas para llenarlo y me
dediqué a otra cosa. Me pregunto: ¿por que? La respuesta es fácil:
porque no me hacía falta en ese momento. Es como el Sodoku: es un
coñazo. Si algún día me engancho, supongo que algo muy raro y malo estará sucediendo en mi cerebro. Me parecen mucho más interesantes los
crucigramas: por lo menos, aprendes palabras y nombres de pueblo que
sabes que nadie utiliza. Los números del 1 al 9 ya me los enseñaron en
el colegio, joder. Además, tienen una solución única! Eso de la
unicidad me molesta bastante. Sería más entretenido que pudiera no
haberla, en cuyo caso el aburridillo de turno se tendría que dar cuenta
pasadas varias horas con el jueguecito. Eso sí que sería dejarse
arrastrar por el río de la ley de los grandes números: -
-"Hola, voy a hacer un Sodoku" -dice el funcionario.
-"Suerte, a ver si tiene solución esta vez".
Creo que jugar al Sodoku es peor que hacer punto. Aquí ni puedes
utilizar la solución como tapete ni como babero. Incluso, creo que es
más divertido rellenar cuadernillos Rubio, los de toda la vida, que te
recuerdan que no eres tan tonto como pensabas.
Un gran problema del Sodoku, es que tras varias horas probando con los
dichosos numeritos, al final, no puedes contemplar la trayectoria de
tus esfuerzos, com osucede con los famosos y divertidísimos laberintos
de toda la vida. Sólamente acabaremos con un tablerito con números que
es muy fácil de verificar: Esta es la clase de complejidad NP, que
todos conocemos, y que nos induce a pensar si no hemos estado perdiendo
neuronas innecesariamente: "si la solución era tan sencilla, ¿como
narices he estado tanto tiempo?"
Lo de la ley de los grandes números es muy bonito, pero yo nunca la he
visto manifestándose en muchas personas, a pesar de sus consantes
esfuerzos. ¿Acaso hay que desestimar otras fuerzas ocultas, como las
derivadas del "mal de ojo", que no podemos controlar, o el vecino
coñazo que te ha tocado a tí PARA TODA LA VIDA?: Sabemos que hay
vectores muy determinísticos que interactúan contra o en favor de
nosotros.
Además, sabemos que la teoría de probabilidad está muy bien para el que
aun es un mero observador, pero cuando tú eres una observación, puedes
estar bien jodido.
Creo que en vez de concentrarse en que las cosas salgan bien
(direccionar el vector), es mejor dejar una puerta abierta a la buena
suerte y disfrutar de las otras dimensiones. No creo que así acabemos
más jodidos que antes.
En fin, si no nos salen los papers, disfrutemos aprendiendo de otros,
leamos por el simple placer de aprender, dejemos de lado los plazos y
objetivos, salgamos, hablemos y...dejemos a la Naturaleza
jugar. Yo mismo, pongo en duda mi autoridad moral para dar consejos,
pero es gratis!!!
¿Se puede saludar? Saludo a todos mis amiguetes de la Autónoma de
Barcelona y a mis padres, y a todos los bloggers del mundo, que me caen
muy bien tooos. También a mi peña de amiguetes del pueblo, que este fin
de semana nos cogeremos un cebollón del carajo.
Al tonto ese de abajo del todo, al que no le gusta el blog de Sergio,
le recomendaría que se operase el pene.
Amor,
Cori
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