miércoles, octubre 04, 2006

Rumbo a Samarcanda
Samarcanda es el lugar remoto, desconocido, que un niño sueña mientras mira los mapas de algún libro de texto polvoriento sacado de algún estante olvidado. El mero sonido de su nombre le embruja e imagina que algún día atravesará las fronteras, ligero de equipaje, para adentrarse en los caminos que dejaron los cascos de las tropas de Alejandro Magno; escudriñar los bazares de ciudades surgidas del comercio de la seda y del opio; tumbarse a dormir contando las estrellas de un firmamento alejado de los descampados de la infancia; dejarse embaucar por un alma sedienta de compañía entre el olor de las especias de un mercado multicolor. Ese niño sueña con dejar atrás todo lo que le rodea algún día y partir a buscar su lugar en el mundo. Ese día emprenderá un camino sin retorno a ese destino que sabe que le aguarda, más allá de Persépolis, más allá de Alejandría. Con la vista puesta en el horizonte, atravesará desiertos y vergeles; cruzará valles bajo una brisa de primavera y montañas en inviernos fríos y largos; impregnará su memoria con las alegrías y las desdichas de otros seres; encontrará muchas respuestas y hallará la mayor de las incógnitas; habrá vivido -que de eso se trata- su propia odisea. El día que encuentre su lugar lo sabrá por la presión de sus vísceras. Uno encuentra su hogar cuando llega a un sitio del que no quiere marcharse. Sólo entonces sabrá que el viaje habrá merecido la pena. Por lo pronto, ese niño sabe que ha llegado el momento de poner rumbo a Samarcanda.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¿Samarcanda en vez de Itaca? ¿Penelope espera o se encontrara una exótica desconocida en Samarcanda? ¿A que altura de la ruta te encuentras? En Grecia esperamos noticias tuyas.
SRG.

5:48 a. m.  

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