Palabras
Sé que nunca me he sentado contigo, frente a frente, a decirte que aquel día todo cambió. Tampoco sé si algún día llegarán estas letras a tus ojos, si alguna vez podré hacerte ver qué fue lo que hiciste para que cambiara mi vida. Quizás fuera obvio. Puede ser que lo acabara descubriendo a través de otra voz. Pero fuiste tú, aquella mañana fría de noviembre, quien me hizo distinguir lo que importa de lo que no vale la pena. Han pasado casi 20 años desde entonces, pero cada día resuenan esas palabras en mis oídos. Y al escucharlas, las oigo como si volvieras a pronunciarlas. Quería decirte, aunque no me oigas, que esas palabras me sirven de guía cada día, cuando me pregunto qué puedo hacer para seguir inventando la persona en que me voy convirtiendo.