miércoles, diciembre 16, 2020

 Capítulo primero

Y al despedirse, ella se retiró levemente la máscara, dejando entrever la sonrisa radiante que él había intuido, y se encaminó hacia el tren que se la llevaría para siempre. Paralizado, la miró por última vez mientras sus pasos la alejaban del andén en que minutos antes se habían conocido. Y entonces ella, como si adivinara su anhelo, se volvió hacia él--quizás nerviosa, un poco titubeante--y le dictó sus señas para que aquel encuentro no quedara en el recuerdo, quién sabe si en el olvido. Cuando el tren echó andar, él le dedicó una última mirada furtiva a través del cristal, intentando no ser visto, colocándose los auriculares que le sumieron en un pensamiento circular que comenzó a orbitar alrededor de aquella aparecida de la estación de Ettelbruck.

domingo, diciembre 13, 2020

El abismo

Ese gesto nuevo, desconocido para él hasta ese entonces, le llevó a dar un paso atrás, que quiso ser de cautela, pero que fue de pavor al descubrir la fragilidad en la que se sustentaba. De repente se asomó a la ventana del abismo y lo vio allí, cercano y profundo, como amenazante, como un agujero oscuro que convirtiera en la nada a quien cayera en su lecho. Sumido en el anhelo melancólico de lo que había estado entre sus manos un instante antes de echar a volar, vagó por los caminos de la incertidumbre confiando en que todo hubiese sido el espejismo que se aparece en el desvarío de un mal sueño. 

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